En el silencio del Bosque Tropical húmedo del Caribe Nicaragüense suele vibrar un sonido que se extiende a lo largo de varios kilómetros. Se trata de una de las especies de psitacido más amenazada de Centroamérica "La Guacamaya Verde".
Pocos ejemplares quedan en los bosques tropicales de Centroamérica. En Nicaragua se le puede observar en la Reserva Biológica Indio Maíz y en la Reserva de Biósfera Bosawas. Esta bellísima especie hoy en día se encuentran amenazada principalmente por la pérdida de hábitat, producto histórico del avance de la frontera agrícola. La transformación de los bosques a potreros y áreas de pastizales extensivos. Siendo dramática realmente nos queda poco tiempo para detener este proceso de destrucción del bosque, restaurar, casi reconstruir los bosques de Nicaragua, para lograr que estas especies puedan prevalecer en el tiempo y podamos heredar a nuestros hijos, los bosques junto a los sonidos guturales maravillosos del bosque tropical húmedo.
Es hora de hacer un cambio en Nicaragua. No se la receta, pero en definitiva debemos mirar a nuestro alrededor y aprender de nuestros vecinos, de las comunidades forestales de Centroamérica y el manejo forestal sostenible, quizás allí encontremos una alternativa. Es posible que solamente si hacemos un cambio de actitud y como decía una colega, interiorizamos vivir del bosque, podríamos generar un cambio en la actitud destructora que llevamos por años, quizás es hora de transformar nuestra mentalidad hacia una sociedad que vive de la madera, como lo hacen las comunidades campesinas de Peten en Guatemala y las comunidades Forestales de Honduras. Quizás es hora de sembrar mas árboles y menos vacas, quizás es hora de vivir como lo hacen los animales de nuestros bosques, como decía un rótulo VIVIR COMO ANIMALES, sin ensuciar, tomando lo necesario, aprovechando que somos capaces de manejar y aprovechar la riqueza que puede ofrecer un bosque sin llevarlo al estado de un Potrero y para que Nicaragua no se transforme mañana en un GRAN POTRERO.
SS
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